17 Feb
17Feb

Parece ser que retomar hechos históricos en estos momentos está de moda, porque la cantidad de películas que estamos viendo sobre figuras políticas de prestigio y de gran vigor histórico han ido llenando parte de la cartelera (más sobre todo los festivales), y tenida en cuenta como viene siendo habitual, en los premios anuales de la academia, ya que son del encanto del jurado por su estilo dramático y por poner en contextos antiguos elegantes con actores que lo dan todo por obtener la ansiada estatuilla, a veces con factores que sirven de bastón como son el cuidado maquillaje.


“The Darkest Hour” no puede quitarse la etiqueta de película “habitual, pretenciosa y pedante”. Sabe lo que busca y lo que quiere, pero no seamos estúpidos. Cualquiera desearía pelear entre los más grandes, y en los Oscars y derivados está el campo de batalla.

Este año el nivel de las películas nominadas ha sido más que notable, con films que han sabido emocionar  tanto a un público modesto como a un cinéfilo exigente.  Aunque siempre hay excepciones, películas que podrían llegar a sobrar, y otras que su presencia ya significan una falta de respeto (Déjame Salir). El Instante más oscuro es una MERECEDORA de esa acreditación.

Tenemos a una figura trascendental en la época moderna del siglo XX como es el peculiar y ante todo genio Winston Churchill, persona que fue elegido como primer ministro británico en un periodo de absoluta crisis, en los instantes más oscuros y preliminares de la Segunda Guerra Mundial. Este político tuvo que decidir, con la oposición e incluso su propio partido en su contra, si firmar un tratado de paz con la Alemania de Hitler o ir directo a la guerra. En la película iremos viendo la conversión de su personalidad y el trasfondo moral de Churchill, como las presiones internas y externas lo llevarán a tomar una decisión u otra.

El director Joe Wright  hace girar la película alrededor de su enorme sol que es Gary Oldman-Winston Churchill. Desarrolla al personaje de una manera impecable, haciendo justicia a su enorme leyenda. El británico siempre fue un hombre particular con tramas que han dado para infinidad de películas, pero esta es la que más se ha acercado a su personalidad distintiva, un hombre que parece asqueado y en el fondo es un hombre bueno y servicial, teniendo dotes de humor inclusive.

Gary Oldman recrea al mismísimo Winston Churchill sin faltar a ningún detalle del acento, vocalización y personificación.  Da hasta miedo la capacidad que ha tenido de transformación, como en ningún momento hemos conseguido hallar alguna característica facial del actor. Desde la primera escena, Gary Oldman ya no era Gary Oldman, se había convertido en ese sol que se agiganta con cada frase de sus épicos discursos que nos pone la piel de gallina. Darle el Oscar sería quedarse corto porque su logro no tiene medición.



No olvidamos su ambientación (vestuario de época, diseño de producción) y demás apartados técnicos pero también es demasiado evidente en una película de estas características. Señalarlo en esta modesta crítica es una obviedad. Su ritmo, aunque en su arranque es sosegado,  te levanta con un final lleno de escenas emocionantes y memorables.

Aunque no sea una ley universal, tiende a ocurrir que al tener a un actor en un estado de gracia, los demás personajes queden en un segundo plano, apartados de la cámara la cual enfoca constantemente a Oldman: el sol y sus planetas. Esos planetas se empequeñecen, los cuales no generan una importancia ni la mitad de lo que gana Churchill. ¿Error o consecuencia de un acierto? Si tienes personajes también importantes en la historia como Jorge VI, era necesario darles mayor presencia.


En definitiva, El Instante más oscuro es un peliculón mayúsculo lleno de aciertos pero nada comparables con la actuación titánica de Gary Oldman, que doy por seguro que este 4-5 marzo ganará el Oscar (de una vez por todas). Eso sí, esta es una película HECHA para los premios.


LO QUE MÁS ME GUSTA: La conversión tan exacta de Gary Oldman a Winston Churchill

LO QUE MENOS ME GUSTA: Fuera de la órbita de Churchill, no hay personajes con presencia

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