30 Apr
30Apr

El universo extendido de DC, la casa donde habitan muchos personajes heroicos de la famosa editorial de comics vive en un presente intranquilo. Creado hace pocos años de forma forzada para poder igualarse en ventas con su máximo rival, fue concebido a Warner Bros, la productora actualmente desesperada por buscar oro en los rincones. Disney abarata el mercado. Mercados, peluches, camisetas..todo pertenece a la industria del ratón. Están atascados, buscando la manera de encandilar al público y si hay que cambiar el tono de sus películas una y otra vez, se hacen las veces que haga falta. El dinero los atormenta. Han apartado su esencia por encontrar otra más sencilla de hacer,  de fácil escritura, mucha pirotecnia y de muchos nombres célebres. Pero si eso lo haces con las películas de superhéroes, una manada salvaje se te viene encima. Son feroces, aún más poderosos que las amazonas y las tribus de Atlantis juntas. Unidos, forman una comunidad que ama a sus personajes favoritas y que desean, ante todo, una película que contenga una historia (si es de los comics mejor) bien construida y que no pongan a actores de renombre haciendo el payaso.



Justice League ha sufrido un varapalo de nuevo en el montaje, de manos de esta productora sedienta. Se notan demasiados cortes ya que el ritmo que lleva es demasiado rápido para poder mostrar a tantos personajes y construir una narrativa coherente. Que sea rápido no significa que sea ágil, en muchas ocasiones como en esta particularmente, es brusco. No se paran a presentar y describir a detalle la descripción previa de un arma tan poderosa y lo que mueve al villano a ir a por ella. Muchos personajes secundarios se sienten fuera de todo esto, con la función de adornar el ambiente o rellenar momentos relacionados con los protagonistas.



Aunque de estos protagonistas sale el alma interior, la chispa que nos hace saltar del asiento, la épica que nos emociona. Los 6 increibles héroes  (incluyo a Superman) forman un equipo de estrellas, una liga de ensueño. En cada momento que salen en conjunto despliegan una emoción increíble, hecha para que estos fans que debieron soñar durante toda su vida por verlos juntos, puedan vivir unas horas voladas de entretenimiento. Cada uno aporta, unos más que otros, pero caen bien de acuerdo a su personalidad. Flash es el auténtico hazmerreír, en el buen sentido. Ezra Miller despliega en su personaje todo el peso cómico para aligerar la acción. Aquaman funciona con un toque gamberro rockero, Cyborg puede parecer soso aunque su trauma del pasado provoca nuestro interés. De Wonder Woman y Batman no hace falta decir mucho más, son geniales ya de antes. Finalmente, con el ansiado regreso de Superman, se creará una atmósfera llena de espectacularidad, escenas de acción con mucho poder visual (teniendo a Zac Snyder en la dirección es algo normal) acompañado de una acertada banda sonora de Danny Elfann.



Acabando en mi breve explicación, el villano es digno de olvidar e incluso de escupir. Tiene absolutamente todos los prototipos de mal villano: voz exageradamente grave, frases filosóficas criticando a la humanidad que sacan de contexto y sus pensamientos de destrucción del mundo son muy tópicos.



Es merecedora de verse porque es entretenida y el éxtasis de emoción que crea con esos personajes se ve pocas veces. Aunque es triste que por unos empresarios que solo buscan hacerse rico salga un producto más sencillo y de menos cine. Podría haber sido mucho mejor, Snyder lo sabe. Pero las criticas inmerecidas siempre hacen daño y estropean el resultado.

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