24 Mar
24Mar

Indudablemente, aunque pensemos que su presencia haya provocado continuos eventos polarizados, reconocemos que Jordan Peele es inteligente. Es más que un capturador de imágenes en movimiento, un hombre que se aprovecha de la circunstancias políticas que asolan la industria actual. Todo el escalofrío que nos provoca con su juego de espejos y la presencia de nuestros inquietantes "doppelgangers" es una nimiedad para el cineasta, ya que viven necesariamente para una injustificada crítica social ocultada detrás de una apocada simbología. Lo que ocurre en su desarrollo es un conjunto de situaciones inverosímiles cuya carencia narrativa intenta ser tapada por intentos fáciles de carcajada idiota.


"Jordan Peele ha logrado en tan sólo dos películas lo que a un genio se le caracteriza: la alabanza estriónica y la incomprensión más absoluta. Yo me adentro en un subgrupo del segundo, aquellos que, detrás de esa crítica simbólica y descarada hacía lo que él considera "la injusticia social", se desesperan por tal absurdez narrativa de lo que en un principio plantea"

LO QUE MÁS ME GUSTA: Las interpretaciones de sus dos madres; entre lo maravillosamente istriónico y lo incómodo  

LO QUE MENOS ME GUSTA: Que sus historias siempre deriven a un cúmulo de sinsentidos


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