Cuando una película posee la alta categoría de clásico, son palabras mayores. Con el paso de los años muchas películas se han sumado, antiguas como un poco más modernas, a la élite de los grandes.
Que te describan con ese adjetivo son muchos halagos, y a veces ocurre que con algunos films no aguantan la presión a sus espaldas. Tienes que tener algo que te haga diferente del resto, con alguna cualidad brillante. Y Casablanca cumple todas las condiciones.
Parece a simple vista una película más de un amor imposible, un romance heroico de las antiguas con una fotografía en blanco y negro. Pero la película protagonizada por dos monstruos de la historia, Humphrey Bogart e Ingrid Bergman, es algo bien distinto.
Casablanca se puede describir como magnifico, una película adelantada a su tiempo por su excelente guión que borraba los tópicos de la época, un enfoque de la guerra como pocos hacen y un romance que te emociona cuanto mas lo ves. Porque eso tiene la película de Michael Curtiz; descubrirás mas guiños y detalles cuanto mas la ves.
A pesar de tener una relación que me molesta personalmente por adentrarse en el terreno de la infidelidad, la química entre los actores y esas líneas de dialogo que te conmueven por dentro, es capaz de que te hagan cambiar de opinión.